10 marzo, 2007

La Gran Logia de España festeja los 25 años de su 'reinstauración'


Grandes Maestros de 23 países acuden a Barcelona para la celebración
JUAN G. BEDOYA - Madrid - 10/03/2007
La música de Mozart, ilustre masón, sonará este fin de semana con frecuencia en las celebraciones del XXV aniversario de la reinstauración de la masonería en España. Los actos empezaron anoche en Barcelona con una recepción a las delegaciones extranjeras. Hoy están previstas las actuaciones centrales, con una "celebración masónica abierta" y la cena de gala, con presencia de mil personas y de dignatarios de 23 grandes logias europeas o americanas, entre ellos el Gran Maestro de Inglaterra. El encuentro-homenaje a los sufridos masones españoles se cierra el domingo con una "visita guiada" a la obra del arquitecto Gaudí y sus símbolos masónicos.
El dictador Franco sometió a la masonería a una implacable persecución, que empezó nada más dar el golpe de Estado contra el Gobierno republicano: Decreto de ilegalidad, prisión e incautación contra la Masonería (1937); Ley de Responsabilidades Políticas (1939); Ley de Represión de la Masonería y creación del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo (1940)... Pese a no haber entonces más de 5.000 asociados a la masonería, esta ultima ley represora, de marzo de 1940, dio paso a casi 18.000 procesos y expedientes, culminados muchos de ellos en el pelotón de fusilamiento, años de cárcel o un larguísimo exilio exterior o interior. Lo sorprendente fue que, muerto el dictador y pese al regreso paulatino de los pocos masones supervivientes del exilio, la Masonería no fue legalizada hasta muy avanzada la transición, y ello después de un largo proceso, zanjado por la Audiencia Nacional en sentencia de mayo de 1979. La judicatura espantaba así los recelos franquistas del Ministerio del Interior de la época, obligándole a aceptar la Gran Logia en el registro de asociaciones.

Pese a todo lo vivido desde entonces, el Estado aún no ha resuelto otra de sus deudas: la devolución del patrimonio incautado a la Masonería, o, en su defecto, las indemnizaciones correspondientes.

Las celebraciones de Barcelona están presididas por José Carretero, gran maestro de la Gran Logia de España desde hace un año. "Somos una élite de gente buena que quiere ser mejor y que quiere mejorar nuestro entorno. Esta élite no es intelectual, ni económica, es una élite de limpieza de corazón y voluntad de servicio; por ello es tanto de un peón como de un director general. En esta nuestra sociedad, convulsa y violenta, somos muy necesarios, sobre todo si damos ejemplo respondiendo a nuestros compromisos adquiridos", afirma este empresario catalán de 65 años, masón desde los 30.

La amplia programación de las jornadas incluye una evocación de la historia de la masonería española y, de manera subrayada, "un memorial a todos los masones que han sufrido persecución y exilio en España". El Rey y los presidentes del Gobierno español y de la Generalitat de Cataluña han remitido a los reunidos sendas cartas felicitándoles por tan señaladas celebraciones.



Fuente: http://www.elpais.com/articulo/
sociedad/Gran/Logia/Espana/festeja/25/anos/reinstauracion/elpepusoc/20070310el
pepisoc_7/Tes

07 marzo, 2007

Pedro Zerolo celebra la salida del armario de la masonería

La masonería, una visión diferente del mundo', libro de Yves Bannel, Gran Maestro Adjunto del Grande Oriente Ibérico, fue presentado hoy y celebrado como 'la salida del armario de la masonería', en un acto al que asistió Pedro Zerolo, secretario de Movimientos Sociales del PSOE y concejal de Madrid.

Luis Acebal, vicepresidente y secretario de la Asociación Pro Derechos Humanos, recordó en la presentación, en el Circulo de Bellas Artes, que cuando un colectivo sobre el que circulan prejuicios durante generaciones, no habla, sino que se habla de él con habladurías, cuando de repente habla, entonces decimos que ha salido del armario.

Zerolo, que se declaró no masón, o masón laico, recordó la persecución que han sufrido homosexuales, prostitutas y masones y aseguró que es un libro didáctico y necesario, que 'desmonta frase a frase los muchos infundios que a lo largo de la historia se han vertido sobre la masonería'.

'Siempre ha habido un grupo interesado en inocular miedo sobre la masonería', aseguró Zeroló, que añadió que los masones sufrieron uno de los más sofisticados medios de destrucción del adversario durante los cuarenta años de Dictadura, más si cabe que las mujeres y los hombres y en forma de violencia desde el poder, como Argüelles o Azaña, una violencia que provenía del poder y que temía cualquier progreso.

Yves Bannel, autor del libro, recordó que a la masonería se le han atribuido poderes secretos, acciones misteriosas y conspiraciones, y dijo que ha inspirado una literatura que ha ofrecido una imagen distorsionada, próxima a las novelas de espionaje y de misterio.

En un mundo en pleno cambio, un mundo a la vez plural, cultural y económicamente en mestizaje y en vías de una profunda secularización, Yves Bannel defiende que la Francmasonería o Masonería debe reflexionar sobre cuál es su imagen y cual puede ser el mensaje que transmita en el siglo XXI.

El objetivo de este libro, dijo, es dar a conocer el verdadero espíritu de la Masonería, resumido en una ética que favorece la libertad de conciencia, la fraternidad y la tolerancia, 'valores que ilustran nuestro lema de 'Libertad, Igualdad, Fraternidad', con el objetivo utópico de todos los masones: la búsqueda de la verdad, objetivo inalcanzable, pero reiterativamente afirmado y asumido por generaciones de masones'.

Considera Bannel que la masonería en los siglos XIX y XX ha visto como se cumplían los grandes objetivos sociales que defendía, como la democracia, la igualdad entre hombres y mujeres o la mejora de las leyes sociales, y que ahora debe proponer alternativas a los nuevos desafíos propuestos por la globalización.

Y defendió el pensamiento libre frente a la estandarización; la ética antes que el dólar y la solidaridad social como símbolo de la fraternidad asumida, y la sociedad laica frente al resurgimiento de los fundamentalismos religiosos y políticos.

Yves Bannel es vicepresidente ejecutivo y director para Europa de una compañía norteamericana, y además de Gran Maestro Adjunto del Grande Oriente Ibérico, miembro del Gran Capítulo 'Liberdade' de Lisboa y Venerable de la Respetable Logia Ara Solis II al Oriente de Madrid.

El libro, que incluye una relación de masones célebres españoles y portugueses, ha sido publicado en español y portugués en un único volumen por la Fundación Ara Solis, cuyo presidente, Alvaro Marcos Garzón, Past Gran Maestro del Grande Oriente Ibérico, asistió también a la presentación y leyó un texto del periodista belga Eddy Caekelbergh, representante del Gran Maestro del Gran Oriente de Bélgica.



Fuente:
http://actualidad.terra.es/sociedad/articulo/pedro_zerolo_celebra_salida_armario_1435223.htm

06 marzo, 2007

Una mirada trágica al mundo y una esperanza masónica

Asistimos al cambio de siglo en un mundo en reconversión, con civilizaciones que se reacomodan a las nuevas circunstancias intentando conciliar la ética con el comercio y el derecho con la libertad y otras que se retrotraen, impulsadas por el pueril populismo, a un pasado mítico de sencillez edénica.

Inevitablemente, todo habitante de nuestro pequeño planeta sufrirá los efectos del estallido de los numerosos problemas irresolutos en tantas ocasiones pospuestos, probablemente el ciudadano se confundirá con la inevitable reconversión de valores de nuestra vieja moral y por la irreconciliable diferencia metafísica de los distintos cultos. Ayer se podían obviar tan tremendas disparidades gracias a que la gran distancia entre los pueblos impedían sus influencias y la interferencia en sus vidas, pero hoy, en un mundo tan reducido por la tecnología, conciliar a sociedades y a individuos tan diferentes y opuestos, aparece tan difícil como el conciliar al género humano en su conjunto con la madre naturaleza.

Muy en contra de hacer un llamamiento al encuentro universal en unos mínimos principios y propósitos que nos permitan avanzar remando al mismo tiempo, la polarización y la esquematización política que presenta la clase dirigente, fomenta el odio y el desencuentro entre una ciudadanía aturdida por el terrorismo, fanatizada por las consignas y deseosa de liderazgo maximalista. Se imponen los miedos a las esperanzas, y la cercanía, en lugar de unirnos, nos provoca repulsa y alejamiento.

En la sociedad más evolucionada, el individuo más solitario de la historia habita en la Hiperrealidad del siglo XXI. Un ser que rebusca por los laboratorios del positivismo el privilegio de la certeza de la que fue privado cuando su fe se evaporó. Forma parte de una comunidad que día a día se le aparece como más inauténtica y perturbada; pertenece a la humanidad consumista que se está convirtiendo en plaga a causa de su soberbia antropocéntrica y por la arrogancia de una falsa conciencia ilustrada con la que justifica su hedonismo.

El nihilismo dice que todos los cuentos son mentira y apaga la luz. Al ciudadano común no le importa porque no quiere luz; quiere dicha, que a pesar de no iluminarle el entendimiento, le alivia del peso de la vida y le justifica la existencia. La intelectualidad y los artistas de nuestros días lo saben, la mayoría de ellos son así, ofrecen brújulas sin aguja deseosos de chapotear junto al prójimo en el barro tibio de la charca del simplón conformismo. Casi todos son convertidos en funcionariado de una cultura oficializada, de los “ministerios de la verdad”, reciben el mecenazgo y las prebendas del político cobrando del tesoro público, otros se ganan el pan trabajando para los oligopolios del sector de la información y el entretenimiento y que dirigen la vida pública a través del monopolio de la cultura.

Incapacitado para la creación, el individuo postmaterialista, el más desamparado de la historia, se refugia en la evasión, el cientificismo, la tecnolatría y la emulación. El hombre ha perfeccionado la herramienta pero no sabe qué hacer con ella a parte de otras herramientas más precisas. El sujeto posmoderno es una insularidad que se repliega sobre sí mismo en una especie de glaciación emocional, y caminando por la senda del relativismo, mira hacia atrás buscando la atenticidad y la novedad en la interpretación de lo que ya se creó, estableció o fundó en el pasado. Este retro-modernismo es con el que se satisface a una humanidad que anda a tientas y que ha caído en la distopía en su afán por las utopías al edificar formas de vida con un futuro imposible. Al tiempo, el individualismo que exalta la “diferenciación específica” exige un orden de complejidad tan inconmensurable que el Super-estado tiende a abolir el primado de la invención por el de la repetición de combinaciones con unos pocos estereotipos.

El inevitable gregarismo ciudadano constituye las tendencias, y eso que creemos que son genuinas determinaciones de nuestra voluntad, en realidad están subordinadas a una gran voluntad social. Nuestro adanismo nos hace sentir diferentes pero estamos predeterminados desde que en la escuela, o desde la iglesia, se nos dio a elegir en un limitadísimo catálogo axiológico los principios que moldean nuestra domesticación y con los que después confeccionamos nuestro propio código de conducta. A pesar de sentirnos tan especiales, somos tan comunes y predecibles como los ríos mediáticos en los que bebemos y los masificados barrios en los que residen nuestras ideologías y doctrinas.

Por supuesto que la moneda también tiene su cara; el desarrollo hace que el individuo más solitario de la historia disfrute de un grado de confort inimaginable hasta hace muy poco, al igual que un gran reconocimiento de derechos, de libertades, de protección y de beneficios sanitarios entre otras bondades. Pero, a pesar de todo, y sin menoscabo de los bienes materiales e inmateriales de los que disfrutamos y que tantos trabajos costaron, debería replantearse el modelo que los sostiene porque el planeta que habitamos está diagnosticado como enfermo crítico a causa de la voracidad de una humanidad exhausta y decadente que actúa como si asistiera a una fiesta de suicidas.

El mundo probablemente necesita una nueva civilización, el reverdecer a lo largo de este siglo XXI para no sucumbir entre los rastrojos de las ideologías fracasadas en los siglos pretéritos. Deberíamos instalarnos en la dialéctica de la búsqueda y no en la de la radicación de lo insostenible. Es necesario el germinar de un nuevo lenguaje salvador y universal en el que por fin converjan todos los principios y todas las metas y en las que sea posible el entendimiento de un ser humano con cualquier otro ser humano, es imprescindible un aggiornamento también en la ética y la moral adaptándolas a las nuevas realidades del siglo, sería deseable una metamorfosis de la razón que nos ayudara a establecer mejores planteamientos de convivencia en la pervivencia.

En el tiempo en que se derrumban las iglesias y la ciencia llega al abismo, se precisa de un puente que armonice la dicotomía entre lo conocido y lo incognoscible, tan verdadero lo uno como lo otro; un vínculo entre ese tráfico fronterizo que conecte al hombre solitario, a esa mediocridad insatisfecha, con la multiplicidad de potencialidades del Yo, una conexión que le lleve desde las llanuras públicas donde es reconocible hasta el interior de la tierra donde encontrará su piedra oculta y donde sabiamente puede trabajar en sí mismo engendrando en la belleza un espíritu fuerte, sólo así podrá salvarse el hombre, sólo así podrá salvarse el mundo.

La masonería, queridos hermanos, sigue en plena vigencia y pude facilitar, sino la única, sí la necesaria pasarela que nos permite cruzar desde el vacío existencial a la plenitud de la vida. Masonas y masones pueden contribuir casi sin pretenderlo y, mucho más de lo que creen, en la conformación de planos armónicos y propuestas de tolerancia tan necesarias en estos tiempos de preponderancia maniquea. Los que se construyen elevándose sobre sí mismos, demuestran que es preferible crecer por el esfuerzo que estancarse en el sufrimiento; los que buscan la luz iluminarán caminos a los que andan sin rumbo, la autarquía del buen masón, labrada golpe a golpe de mazo sobre el cincel, da sus frutos, no sólo a él, también a cuantos le rodean, y con los millones de masones que hay en el mundo, la masonería contribuye al progreso de la humanidad sobre la base firme del ternario masónico de Libertad, Igualdad y Fraternidad.




VMM

Carta al Pueblo Masónico español regular


Por Josep Corominas i Busqueta
P:. G:. Maestro de la G:. L:. E:.

Hermanos Francmasones Regulares:

Permitidme que os transmita unas reflexiones personales para que cada cual, libre y serenamente, pueda establecer sus conclusiones.

Nuestra Institución como fraternidad iniciática que es nos enseña, desde un primer momento, cuales son los principios que debemos desarrollar y practicar entre los que cabe señalar la Igualdad, la Solidaridad, la Tolerancia, la Libertad y el Amor Fraterno. Además se exige a todo aquel que desea participar de la Institución que sea libre, sin prejuicios, y de buenas costumbres para que pueda buscar la Luz de la Verdad y así ir puliendo su piedra en bruto para poder, algún día convertirse en una piedra pulimentada que junto a otras permita levantar un edificio sólido en honor del Gran Arquitecto del Universo.

Estos principios básicos, junto a la tradición, son los que configuran lo que denominamos regularidad masónica. Y ello está por encima de criterios humanos y de sometimientos que puedan coartar estos principios y dañar seriamente uno de los aspectos más preciados, el de la libertad.

Después de 25 años de trabajo en la Gran Logia de España, en los cuales se ha defendido a ultranza el mantenimiento de la regularidad y el desarrollo de la masonería española, podemos apreciar que la deriva que han ido tomando las actuales estructuras administrativas de la misma nos llevan hacia el camino de la irregularidad y de la desnaturalización de la identidad española.

Sistemáticamente se olvida que la Masonería la hacen los Francmasones y no las estructuras y que las Logias Simbólicas son el centro y la base del trabajo masónico. La condición básica que se exige a todo aquel que desea ser iniciado es la de que sea libre y libremente acuda a la Institución y ello significa que posea capacidad de discernimiento, sin hallarse comprometido por dogmas, prejuicios o valores profanos y que por tanto su capacidad de actuar sea total y sin cortapisas, respetando las reglas que libremente nos hemos dado y que hemos prometido o jurado cumplir.

Por ello cabe preguntarse a modo de decálogo, entre otras muchas consideraciones que podríamos hacer, si:

- ¿Es regular masónicamente hablando considerar que "el fin justifica los medios"?

- ¿Es regular y cumple con nuestros valores no aplicar los mismos criterios ante situaciones similares planteadas por diferentes Hermanos?

- ¿Es regular y fraternal considerar que entre los Hermanos hay amigos y enemigos y de acuerdo con ello aplicar el refrán de "que al amigo el favor, al enemigo el reglamento y al indiferente la ley vigente"?

- ¿Es regular no cumplir la Constitución y Reglamentos Generales de los que nos hemos dotado con la finalidad de mantener el control de la Institución?

- ¿Es regular no cumplir lo prometido de acatar las leyes del país en que trabajamos, con el subterfugio de que la Masonería es algo diferente, propio y muy antiguo?

- ¿Es regular transferir la administración interna, con los datos de los Hermanos, a organizaciones profanas?

- ¿Es regular intentar inmiscuirse en los asuntos internos de otras Obediencias masónicas regulares?

- ¿Es regular y responde a nuestros principios no ajustarnos a la verdad y actuar, en cada circunstancia, como más nos convenga?

- ¿Es regular y responde a nuestra tradición querer ostentar el control de todas las Instituciones masónicas existente en nuestro país, indicando que únicamente es la Gran Logia de España la que puede mantener relaciones con organizaciones sociales?

- ¿Es regular amenazar a Hermanos y prohibirles que hagan uso de su libertad para manifestar sus opiniones discrepantes?

Ante estos interrogantes mi respuesta es que el camino emprendido va a llevarnos a una irregularidad de hecho ya que la evolución hacia este camino se ha ido acelerando paulatinamente. Mi posición personal, ante el giro que han tomado las cosas y mi análisis de que resulta imposible conseguir una modificación de este rumbo desde el interior, llegué a la conclusión, con harto pesar, de que no podía continuar, ya que de hacerlo tendría que conculcar mis principios y juramentos y de acuerdo con lo que nos señala el Volumen de la Ley Sagrada era mejor "dejar que los muertos entierren a sus muertos" (Mateo 8, 22) y seguir el camino de lo que considero regular.

De ahí que con fecha 9 de febrero de 2007 presenté mi baja como miembro de la Gran Logia de España, después de más de 25 años ininterrumpidos de estar en la misma, pero no renuncio a mi condición de Francmasón y espero y deseo que otros Hermanos así me consideren.

Recibid Queridos Hermanos un ósculo de paz y un T. A. F. y hasta pronto

Josep Corominas i Busqueta
P. G. Maestro de la G. L. E.



Fuente: http://fenix137rls.blogspot.com/2007/03/carta-al-pueblo-masnico-espaol-regular.html

04 marzo, 2007

Nuevos templos masónicos se abrieron en Bogotá, por celebración de 85 años de Logia de Colombia

Uno está dedicado al ex presidente Alberto Lleras Camargo y el otro, al escritor José María Vargas Vila, que fueron miembros de esa sociedad.

Los masones son reconocidos por tener entre sus filas a personajes muy influyentes en la política y la industria.

El acto central fue la presentación de dos bustos en homenaje a Lleras Camargo y al también ex presidente Eduardo Santos, quien ya tenía un templo en su honor en la sede principal de este grupo, la mansión Kopp, en el centro de Bogotá.

Allí estuvieron hasta el vicepresidente Francisco Santos y el vicefiscal general de la Nación, Guillermo Mendoza, aunque únicamente en calidad de invitados, aclaran voceros de la logia.

Alrededor de 50 maestros masones de Estados Unidos, Argentina, Ecuador, Chile, Uruguay, Guatemala y México y de seis ciudades de Colombia llegaron el miércoles a la ciudad para discutir asuntos de la logia y, de paso, pasear por la Catedral de Sal de Zipaquirá y recorrer la ciudad en chiva.

El invitado más destacado es el segundo Gran Maestro de la influyente logia de Washington (Estados Unidos), Akran Elias.

"En Colombia somos unos 2.800 masones. No somos una religión, pero es requisito para estar en la Logia creer en el Gran Arquitecto (Dios)", dice el decano de los maestros masones en Colombia, Cesáreo Rocha, ex Gran Maestro.

"Nosotros analizamos la situación del país y hacemos críticas sobre los diferentes aspectos, bien sea educación, salud, vivienda o industria, y muchas de las cosas que hemos sugerido se han convertido en leyes", agrega.

Y es que desde el Libertador Simón Bolívar hasta presidentes y generales destacados en la historia del país han sido masones.

Entre las disertaciones del encuentro estuvo la propuesta de crear un instituto de educación superior masónico (adicional a la Universidad Libre, creada por esta secta) para dictar carreras técnicas. Según Rocha, empezaría a funcionar este año.



Fuente:
http://www.eltiempo.com/nacion/2007-03-03/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3459759.html